Página 97 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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“Ha resucitado”
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Allí, pues, estaban los ángeles de Satanás para cuidar que ningún
poder les arrebatara a Jesús. Pero al descender aquel resplandeciente
mensajero enviado desde el trono de Dios, huyeron despavoridos.
El ángel tomó la gran piedra de la entrada del sepulcro y la
apartó como insignificante guijarro. Luego en tono que hizo temblar
la tierra exclamó:
—¡Jesús, Hijo de Dios, tu Padre te llama!
Entonces Aquel que había merecido el triunfo sobre la muerte y
el sepulcro salió de la tumba. Sobre el sepulcro abierto, proclamó:
“¡Yo soy la resurrección y la vida!” Y las huestes angelicales se
postraron ante el Redentor adorándole reverentemente, y le dieron
la bienvenida con cánticos de alabanza.
Jesús salió cual glorioso conquistador. Ante él la tierra se estre-
meció, brillaron relámpagos y resonó el trueno.
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Cuando Cristo entregara su vida, un terremoto señaló aquella ho-
ra suprema, y otro terremoto anunció el momento en que, triunfante,
volvió a la vida.
Grande fué la ira de Satanás al ver huír a sus ángeles ante el
mensajero celestial. Se había atrevido a esperar que Jesús no vol-
viera a la vida y que fracasaría el plan de redención; pero perdió el
ánimo cuando vió al Salvador salir victorioso del sepulcro. Entonces
comprendió Satanás que su reino acabaría y que él mismo sería
destruído.
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