Página 98 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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“Id, decid a mis discipulos
En su relato del sepelio del Salvador, San Lucas dice, hablando
de las mujeres que presenciaron su crucifixión:
“Y al volverse, prepararon especias y ungüentos: y el sábado
descansaron, según el mandamiento.”
Lucas 23:56
.
El Salvador fué sepultado el viernes, o sea el sexto día de la
semana. Las mujeres prepararon las especias y los ungüentos con
que embalsamar a su Señor y los pusieron aparte hasta que terminó
el sábado. Ni siquiera el trabajo de embalsamar el cuerpo de Jesús
quisieron hacerlo en sábado.
“Y cuando el sábado hubo pasado ... partiendo muy de madruga-
da, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, salido ya el sol.”
Marcos 16:1, 2
.
Al acercarse al huerto, observaron con sorpresa la hermosa ilu-
minación del cielo y sintieron que la tierra temblaba bajo sus pies.
Llegaron apresuradamente al sepulcro, y su sorpresa subió de punto
al ver quitada la gran piedra y al notar que ya la guardia romana no
estaba allí.
María Magdalena había sido la primera en llegar al lugar. Viendo
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que la piedra había sido removida, se fué apresuradamente para
decírselo a los discípulos. Cuando las demás llegaron al sepulcro
notaron un resplandor cerca de la tumba y al asomarse vieron que
estaba vacía.
Mientras contemplaban el lugar vieron de pronto a un hermoso
joven, envuelto en vestiduras deslumbradoras, sentado junto a la
tumba. Era el ángel que había revuelto la piedra. Espantadas, se
volvieron para huír, mas el ángel les dijo:
“No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que
fué crucificado. No está aquí; pues ha resucitado, así como os dijo.
Venid, ved el lugar donde yacía el Señor.
No sólo el Señor se reveló a María después de resucitar, sino que, fué recono-
cido en Emaús por dos discípulos con los cuales había conversado esa misma tarde
.
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