Página 113 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Un representante de la verdadera religión
El obrero de la escuela sabática verdaderamente convertido no
se dejará amoldar a las costumbres y prácticas- del mundo, sino que
se mantendrá firme en una independencia moral. Dará un ejemplo
consecuente con lo que profesa ser, apartándose del mundo y mante-
niéndose separado de su espíritu y sus modas. No se dejará mover
en lo más mínimo de su firme propósito de ser uno con Cristo, ni
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cederá una jota de su posición de fidelidad a Dios, frente al orgullo,
la complacencia en materia de diversiones egoístas y la inversión de
medios para satisfacer la inclinación o amor a la ostentación; antes
al contrario, será un ejemplo en espíritu, en comportamiento y en
indumentaria.
Obrero de la escuela sabática, ¿qué norma quieres satisfacer:
la de Cristo o la del mundo? ¡Oh! ¿no dirás: “Levantaré la cruz y
seguiré a Jesús”? ¿No quieres cultivar su ternura en la persuasión, su
fervor en la exhortación y ejemplificar los sublimes principios de la
verdad, mostrando en la vida y el carácter lo que la religión de Cristo
ha hecho por ti? ¿No prestaremos atención todos a la exhortación
del apóstol: “Vestíos del Señor Jesucristo; y no hagáis caso de la
carne en sus deseos”?
Hay necesidad de revelar la religión genuina delante de la juven-
tud. Tal religión resultará ser un poder vital, una influencia que lo
penetra todo. De una devoción sincera, manarán gozo, frescura y un
continuo crecimiento, y ésta es la religión que deben contemplar los
jóvenes si han de ser atraídos a Cristo. Esta clase de religión dejará
en las almas su divina impronta, y aquel que la posea, será renovado
mental y físicamente por la refrigerante gracia de Dios.
Probadla durante un año vosotros los que sois educadores y maes-
tros en nuestras escuelas sabáticas y escuelas primarias, y veréis si
no podréis decir: “El Señor ha obrado maravillosamente por noso-
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tros, pues muchas almas han sido traídas al Maestro, como gavillas
preciosas para el alfolí celestial.”—
Testimonies on Sabbath-School
Work, 45, 46
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