La influencia del maestro
Es nuestro propio carácter y experiencia lo que determina nuestra
influencia sobre los demás. Para convencer a otros del poder de
la gracia de Cristo, debemos conocer su poder en nuestro propio
corazón y en nuestra propia vida. El Evangelio que presentamos
para la salvación de las almas debe ser el Evangelio por el cual
nuestras propias almas hayan sido salvadas. Solamente por una fe
viva en Cristo como Salvador personal es posible que hagamos sentir
nuestra influencia en un mundo escéptico. Si queremos desviar a los
pecadores de la rápida corriente, nuestros propios pies deben estar
firmemente asentados en la Roca, Cristo Jesús.
La insignia del cristianismo no es una señal exterior, no consiste
en usar una cruz o una corona, sino en aquello que revela la unión
del hombre con Dios. Por el poder de su gracia manifestada en
la transformación del carácter, el mundo ha de ser convencido de
que Dios ha enviado a su Hijo como su Redentor. Ninguna otra
influencia que pueda rodear el alma humana tiene tal poder como
la influencia de una vida abnegada. El más poderoso argumento en
favor del Evangelio es un cristiano amable y amante.—
Testimonies
on Sabbath School Work, 115, 116
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