Indolencia espiritual
En algunas escuelas sabáticas se dan puestos a personas que
carecen de aptitud para enseñar, que no tienen amor ferviente por las
almas. No comprenden ellas mismas ni a medias las orientaciones
prácticas de la verdad. ¿Cómo, pues, pueden conducir a los niños
y a los jóvenes al vivo Manantial? Beban los maestros mismos
en abundancia del agua de la salvación, y los ángeles de Dios les
prestarán ayuda, y ellos sabrán justamente qué conducta quiere el
Señor que adopten a fin de ganar para Jesús a la preciosa juventud.
Esto requiere aptitud, voluntad, perseverancia, y un espíritu como
el que tenía Jacob cuando luchó en oración y exclamó: “No te
dejaré, si no me bendices.” Cuando la bendición de Dios descansa
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sobre los maestros, no puede menos que manifestarse a aquellos
que están bajo su cuidado. Nunca coloquéis a la juventud bajo el
cuidado de personas que son espiritualmente indolentes, que no
poseen aspiraciones nobles, elevadas y santas; porque los mismos
sentimientos de indiferencia y farisaísmo, de la forma sin el poder,
se verán tanto en los maestros como en los alumnos.—
Testimonies
on Sabbath-School Work, 13
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