Cuando nos cansemos de dar
Bien, dice alguien, se nos sigue pidiendo que demos a la causa.
Estoy cansado de dar. ¿Estás tú cansado? Entonces, permíteme
preguntarte: ¿Estás cansado de recibir de la mano benéfica de Dios?
Hasta que el Señor no cese de bendecirte, no cesarás tú de estar bajo
la obligación de retribuirle la parte que él reclama. El te bendice
a fin de que puedas bendecir a otros. Cuando estés cansado de
recibir, entonces podrás decir; Estoy cansado de tantos pedidos de
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ofrendas.—
Testimonies for the Church 5:150
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