Venzamos el egoísmo natural
Los hombres no tienen una inclinación natural a ser benevolentes,
sino a ser sórdidos y avaros, y a vivir para el yo. Y Satanás está
siempre listo para presentar las ventajas que pueden obtenerse al usar
los propios medios con propósitos egoístas y mundanos; se alegra
cuando puede influir sobre ellos a huir del deber y a despojar a Dios
de los diezmos y de las ofrendas. Pero nadie se halla dispensado en
este asunto. “Cada uno de vosotros aparte en su casa, guardando lo
que por la bondad de Dios pudiere.” El pobre y el rico, los jóvenes
y las señoritas que ganan sueldo, todos deben apartar una porción;
pues Dios la reclama. La prosperidad espiritual de todo miembro de
la iglesia depende de un esfuerzo personal y de la estricta fidelidad
a Dios.—
Testimonies for the Church 5:382
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