Una condición para la prosperidad
Las contribuciones exigidas a los hebreos para propósitos re-
ligiosos y caritativos alcanzaban ampliamente a la cuarta parte de
sus entradas. Podría esperarse que tan pesada imposición sobre los
recursos del pueblo los redujera a la pobreza. Sin embargo, por el
contrario, la fiel observancia de estas reglas era una de las condicio-
nes de su prosperidad. A condición de su obediencia Dios les hizo
la promesa: “Increparé también por vosotros al devorador, y no os
corromperá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará...
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Y todas las gentes os dirán bienaventurados; porque seréis tierra
deseable, dice Jehová de los ejércitos.”—
Historia de los Patriarcas y
Profetas, 527
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