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Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica
Han de evitarse la crítica y la mordacidad
Directores, no regañéis ni os quejéis nunca delante de vuestros
maestros o alumnos. Si queréis influir para bien en la escuela, dejad
a un lado el látigo y ejerced una influencia inspiradora, celestial,
que hará que las mentes de todos os sigan. Al formular planes
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y reglamentos para la escuela, haced que ellos representen, hasta
donde sea posible, la voz de la escuela. En algunas escuelas reina un
espíritu mordaz y criticón. Se presta mucha atención a las formas y
reglamentos, al paso que se descuidan los asuntos más importantes:
la misericordia y el amor de Dios. Estén todos alegres. Si algunos
tienen sus almas envueltas en nubes, salgan a la luz del sol antes
de entrar en la escuela sabática. Una madre que está continuamente
dando expresión a su desaliento, y quejándose delante de sus hijos
de la falta de aprecio de los mismos, no puede tener dominio sobre
ellos. Así será con vosotros, directores y maestros. Si veis una falta
en este sentido, no aminoréis vuestra influencia hablando de ella;
antes bien, de una manera sosegada, poned en juego influencias que
corrijan el mal. Haced planes, estudiad cómo lograr una escuela bien
organizada y disciplinada.—
Testimonies on Sabbath-School Work,
16-19
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