Página 201 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Consejos a los directores
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de la perspicacia que algunos manifiestan ahora; pero lo que dirán,
con amor y sencillez, llegará al corazón, y ellos llegarán a simpatizar
estrechamente con los maestros, alumnos y miembros de la iglesia.
Poder en la sencillez
El verdadero maestro llevará consigo la mente de sus oyen-
tes. Sus palabras serán pocas, pero fervientes. Como vendrán del
corazón, estarán llenas de simpatía e inflamadas de amor por las
preciosas almas. Puede ser que su nivel cultural sea limitado, y
que tenga sólo poca habilidad natural, pero el amor a la obra y la
voluntad de trabajar con humildad lo harán capaz de despertar un
interés profundo, tanto en los maestros como en los alumnos. El
corazón de los jóvenes será atraído hacia él. Su trabajo no será mera
forma. Puede adquirir la habilidad de arrancar de los maestros y
alumnos preciosas joyas de verdades espirituales e intelectuales, y
así, al mismo tiempo que eduque a otros, será educado él mismo.
Los alumnos no quedarán asombrados por su despliegue de profun-
dos conocimientos, y con palabras sencillas dirán qué impresión ha
hecho la lección sobre sus mentes. El resultado será un profundo y
vivo interés en la escuela. Por la sencillez del Evangelio de Cristo,
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él los habrá alcanzado donde se hallan. Sus corazones se derriten, y
ahora él puede amoldarlos a la imagen de su Maestro.
Un entendimiento vivo y agudo puede ser una ventaja, pero el
poder del educador reside en la relación que existe en su corazón
con la Luz y la Vida del mundo. Amará a la humanidad y siem-
pre procurará llevarla a un nivel más elevado. No estará siempre
culpando a otros, sino que su corazón estará lleno de compasión.
No será grande en su propia estimación, ni tampoco tratará cons-
tantemente de sostener y fortificar su propia dignidad; sino que en
su vida será personificada la humildad de Cristo. Sentirá la verdad
de las palabras de Cristo: “Sin mí nada podéis hacer.” Se necesitan
en gran manera maestros como éstos. Dios obrará juntamente con
ellos. “Aprended de mí,” dice Cristo; “que soy manso y humilde de
corazón.” Muchos de los que están ocupados en la obra de la escuela
sabática, necesitan iluminación divina. Les falta el discernimiento
espiritual que los haga capaces de comprender las necesidades de
aquellos para quienes están trabajando...