Un poder para la iglesia
Hay en la obra de la escuela sabática un amplio campo que
necesita ser diligentemente cultivado, y eso debe inspirar a nuestra
juventud a entregarse enteramente al Señor, para ser usada por él
en su causa. Debería haber obreros celosos y fieles en nuestras
escuelas sabáticas, que observen y disciernan en quién está obrando
el Espíritu de Dios, y cooperen con los ángeles de Dios en ganar
almas para Cristo. Se han confiado responsabilidades sagradas a los
obreros de la escuela sabática, la cual debería ser un lugar donde,
mediante una comunión viva con Dios, los hombres y las mujeres,
los jóvenes y los niños se preparen de tal manera que sean una
fortaleza y una bendición para la iglesia. Ellos deberían ayudar a la
iglesia a elevarse y avanzar cuanto les sea posible, acrecentando de
continuo su poder.—
Testimonies on Sabbath-School Work 92
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