Página 26 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Merece un largo servicio
La escuela sabática debe ser un lugar donde se busquen las joyas
de la verdad, se las rescate de los errores que las rodean y se las
coloque en su debida disposición y su verdadero orden en el marco
del Evangelio. Preciosas joyas de verdad, perdidas de vista durante
mucho tiempo, han de ser ahora devueltas a los hijos de Dios. Los
temas de la justificación por la fe y la justicia de Cristo deberían
ser presentados en nuestras escuelas, a fin de que los jóvenes y
niños puedan comprender estos asuntos importantes, y los maestros
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y alumnos conozcan el camino de la salvación. Algunos principios
sagrados y eternos relacionados con el plan de salvación han estado
durante mucho tiempo perdidos de vista, pero deben ser devueltos a
su debido lugar en el plan de salvación; deben hacerse aparecer en
su luz celestial y debe conseguirse que penetren las tinieblas morales
con que está cubierto el mundo.
Presten atención los jóvenes a las palabras de Salomón: “Fiate
de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu prudencia.” Anden
mansa, piadosa y cuidadosamente delante del Señor, dependiendo de
él continuamente, y al mismo tiempo ejerciendo todas sus facultades,
aprovechando todas sus oportunidades, confiando en lo que el Señor
puede hacer por medio de sus aptitudes consagradas. Inquieran a
cada paso: “¿Es éste el camino del Señor?” La humildad es carac-
terística de los que poseen sabiduría verdadera, y no importa cuál
sea el desarrollo que hayan alcanzado, no confiarán en sí mismos, ni
serán jactanciosos.
El Señor llama a los hombres y mujeres jóvenes a prepararse
para pasar la vida entera trabajando fervientemente en la obra de
la escuela sabática. Los esfuerzos espasmódicos no servirán para
hacer mucho bien, ni para haceros obreros que tengan buen éxito
en la causa de Dios. Por la paciente perseverancia en el bien hacer,
habéis de llegar a ser colaboradores de Dios. Tenéis que consideraros
jornaleros de Dios. Sed diligentes en vuestro trabajo durante un día,
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y ved que no hagáis sendas torcidas para vuestros pies, para que lo
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