Página 33 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Escudriñad las escrituras
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tros hijos de manera que no necesiten llegar a la escuela sabática sin
que se les haya enseñado la lección.
Muchos de los jóvenes dicen: No tengo tiempo para estudiar
mi lección. Pero, ¿qué están haciendo? Algunos están usando cada
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momento para ganar unos pocos centavos más, cuando este tiempo
dedicado al trabajo, usado para estudiar la Biblia les ahorraría, si
practicaran sus lecciones, más que la suma ganada por el trabajo
adicional. Les haría ahorrar mucho dinero que se gasta en ornamen-
tos innecesarios y preservaría el vigor de la mente para comprender
el misterio de la piedad. “El principio de la sabiduría es el temor
de Jehová.” Pero estos mismos jóvenes que profesan ser cristianos
satisfacen los deseos del corazón carnal al seguir sus propias incli-
naciones; y el tiempo de gracia concedido por Dios, que les fuera
otorgado para que se familiarizaran con las preciosas verdades de la
Biblia, es dedicado a la lectura de relatos ficticios.
Este hábito, una vez formado, es difícil de vencer; pero puede
y debe vencerse por parte de todos los que son candidatos para el
mundo celestial. La mente a la cual se le permite estar absorta en
la lectura de historias, se arruina. La imaginación enferma, el senti-
mentalismo toma posesión de la mente, y hay un vago desasosiego,
un extraño apetito de alimento intelectual no saludable, que está
constantemente desequilibrando la mente. Miles de los que pueblan
hoy en día los asilos de dementes han cosechado su desequilibrio
mental por la lectura de novelas, que resulta en la edificación de
castillos en el aire y en un sentimentalismo enamoradizo. La Biblia
es el libro de los libros. Os dará vida y salud. Es un sedante de los
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nervios, e imparte solidez a la mente y firmeza de principios.
Cavemos más hondo para obtener las gemas de verdad
Los alumnos de la escuela sabática deben ser fervorosos, deben
cavar hondamente y escudriñar con el mayor cuidado para hallar las
preciosas gemas de la verdad contenidas en las lecciones semanales.
Los privilegios y las oportunidades que actualmente tienen de llegar
a ser versados en las Escrituras, no deben descuidarse. Dios quiere
que los que profesan ser sus seguidores se hallen cabalmente pro-
vistos de pruebas de las doctrinas de su Palabra. ¿Cuándo y dónde
puede conseguirse mejor este conocimiento que durante la juven-