Página 68 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica
Enseñemos a observar el sábado
Los padres deben tener un completo entendimiento con su fa-
milia en el sentido de que las horas sagradas del sábado han de ser
empleadas para la gloria de Dios. Deben levantarse con el sol, a fin
de tener suficiente tiempo para prepararse para la escuela sabática
sin necesidad de apresurarse, perdiendo tal vez el dominio propio. Si
el día anterior se hicieron los preparativos debidos, habrá suficiente
tiempo para repasar la lección estudiada durante la semana; y tanto
los padres como los hijos pueden ir a la escuela con la seguridad de
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que tienen la lección bien estudiada.
La simpatía de Cristo para con los niños
Jesús se interesaba en los niños. El no se incorporó a nuestro
mundo como un hombre maduro. Si lo hubiera hecho, los niños no
hubieran tenido su ejemplo para imitar. Cristo fué un niño; tuvo la
experiencia de un niño; sintió los chascos y las pruebas que sienten
los niños; conoció las tentaciones de los niños y de los jóvenes.
Pero Cristo fué, tanto en su vida de niño como de joven, un ejemplo
para todos los niños y jóvenes. En la niñez, sus manos se hallaban
ocupadas en actos útiles. En la juventud trabajó en el oficio de
carpintero con su padre, y se hallaba sujeto a sus padres, dando así
en su vida una lección a todos los niños y jóvenes. Si Cristo nunca
hubiera sido él mismo un niño, los jóvenes pensarían hoy que él no
puede simpatizar con ellos. Pero vivió como su ejemplo, y todos los
niños y jóvenes pueden encontrar en Jesús a uno a quien pueden
llevarle todos sus pesares y chascos y encontrar en él a un amigo
que los ayudará.
Jesús ama a los niñitos. Cuando las madres trajeron a sus hijitos a
Jesús, los discípulos intentaron rechazarlas, pero Jesús los reprendió
y dijo: “Dejad a los niños, y no les impidáis de venir a mí; porque
de los tales es el reino de los cielos.” El entonces los reunió en sus
brazos amantes y los bendijo. Hay que tenerles lástima a los padres
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y maestros que no tienen amor o paciencia con sus hijos, porque
no tienen el sentir de Cristo. Los que tratan de reunir a los niños en
la escuela sabática, están haciendo una buena obra, la misma obra
que al Maestro le gustaría que hicieran. La inteligencia creciente