Página 85 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Fortaleza y sabiduría prometidas
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lograr su objeto; y los que trabajan para Cristo no deberían ser menos
fervientes en ganar almas para él. Ellos pueden ser colaboradores
con Cristo, si imitando el ejemplo de él, hacen bien a todos los que
son traídos dentro de la esfera de su influencia.
Por amor de Cristo, sean los maestros y los obreros principales
de vuestras escuelas sabáticas, hombres y mujeres que amen y teman
a Dios; hombres y mujeres que reconozcan la responsabilidad de su
posición, como quienes velan por las almas y tienen que dar cuenta
a Dios por la influencia que ejercen sobre los que están a su cargo.
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Fe en las promesas de Dios
Nuestra fe tiene que aumentar; si no, no podemos ser renovados
conforme a la imagen divina y amar y obedecer los requerimientos
de Dios. Nazca de labios sinceros la oración: “Señor, auméntame
la fe; dame iluminación divina; porque sin ayuda de tu parte nada
puedo hacer.” Venid con humildad y postraos delante de Dios; abrid
delante del Señor vuestras Biblias, las cuales contienen las promesas
divinas; tomad vuestra posición con respecto a éstas; haced con
Dios el pacto de que responderéis a sus requerimientos; decidle que
creeréis sin otra evidencia fuera de la desnuda promesa. Esto no es
presunción; pero a menos que obréis con celo, a menos que seáis
fervientes y estéis decididos, Satanás obtendrá ventajas, y vosotros
seréis dejados en la incredulidad y las tinieblas.
Las palabras y promesas de Dios son el único fundamento de
nuestra fe. Tomad la palabra de Dios como verdad, como una voz
viva que os habla, y obedeced fielmente cada requerimiento. Dios,
que ha prometido, es fiel. El cooperará con los esfuerzos de los
directores y maestros. La debilidad de nuestra fe limita nuestras
bendiciones. Dios no está maldispuesto para dar; él es el manantial
de poder. Debemos tener mansedumbre y humildad de corazón.
Podemos tener ricas evidencias del amor y la misericordia de Dios
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diariamente en nuestros esfuerzos abnegados de hacer bien a otros.
Suplico a los obreros de nuestras escuelas sabáticas que se vistan
con toda la armadura de Dios y muestren su fidelidad como fieles
soldados de Jesucristo. Dios recompensará toda obra que se haga
para gloria suya.—
Testimonies on Sabbath-School Work, 26-29
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