Página 84 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Fortaleza y sabiduría prometidas
Anímese a todo obrero de corazón sincero y fiel a continuar
trabajando, teniendo presente el hecho de que cada cual será recom-
pensado según hayan sido sus obras. Trabajad teniendo en vista sólo
la gloria de Dios. No rehuséis llevar responsabilidades porque sintáis
vuestra debilidad e ineficiencia. Dios puede daros fuerza y sabiduría,
si sois consagrados a él y permanecéis humildes. Que ninguno por
pereza rehuse trabajar, y que nadie se adelante insistiendo en que se
acepte su servicio cuando no se lo necesita.
El deber de trabajar por otros
Esté cada obrero verdadero agradecido a Dios por haberlo hon-
rado con una oportunidad de trabajar para el Maestro. Procurad
oportunidades de hacer bien, y perfeccionad los talentos que Dios
os ha dado, buscando diariamente gracia para que tengáis éxito en
el bien hacer.
Las oportunidades perdidas de hacer el bien, pueden con razón
humillaros hasta el polvo y moveros a velar cuidadosamente para no
dejar pasar ocasiones de ser una bendición para otros. ¡Cuántas veces
llegó la hora con su oportunidad de trabajar, pero el obrero no se
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hallaba en el puesto del deber! Podrían haberse pronunciado palabras
para ayudar y fortalecer a algunas almas débiles que se hallaban
luchando con la tentación, pero nunca se pronunciaron. Podrían
haberse hecho esfuerzos personales bien dirigidos y haberse salvado
un alma de la muerte y cubierto multitud de pecados, pero no había
quién lo hiciese. Los que son negligentes tendrán que responder por
su negligencia en el día de Dios. Preciosísima es la sangre de Cristo,
que limpia de todo pecado. Un sentimiento del amor redentor de
Cristo debería inducirnos a aprovechar toda oportunidad de hacer
bien. Estos momentos son sumamente preciosos si son aprovechados
para gloria de Dios. Aquellos que buscan riquezas terrenales están
velando atenta y continuamente a fin de hallar oportunidades para
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