Página 87 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Estudiad a cada uno individualmente
En toda enseñanza verdadera, es esencial el elemento personal.
En su enseñanza, Cristo trató individualmente con los hombres. Edu-
có a los doce por medio del trato y la asociación personal. Sus más
preciosas instrucciones fueron dadas en privado, y con frecuencia
a un solo oyente. Reveló sus más ricos tesoros al honorable rabino
en la entrevista nocturna celebrada en el monte de las Olivas, a la
mujer despreciada, junto al pozo de Sicar, porque en esos oyentes
discernió un corazón sensible, una mente abierta, un espíritu recepti-
vo. Ni siquiera la muchedumbre que con tanta frecuencia seguía sus
pasos era para Cristo una masa confusa de seres humanos. Hablaba
directamente a cada mente y se dirigía a cada corazón. Observaba
los rostros de sus oyentes, notaba cuando se iluminaban, notaba
la mirada rápida y comprensiva que revelaba que la verdad había
llegado al alma, y en su corazón vibraba en respuesta una cuerda de
gozo afín...
En la obra educativa de hoy se necesita prestar el mismo inte-
rés personal y la misma atención al desarrollo individual. Muchos
jóvenes que aparentemente no son promisorios, están ricamente do-
tados de talentos que no usan. Sus facultades permanecen ocultas a
causa de la falta de discernimiento de sus educadores. En más de un
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muchacho, o una niña, exteriormente tan desprovisto de atractivos
como una piedra sin pulir, se hallaría material precioso que resistiría
la prueba del calor, la tormenta y la presión. El verdadero educador,
teniendo presente lo que pueden llegar a ser sus alumnos, reconocerá
el valor del material con el cual trabaja. Sentirá interés personal
por cada alumno y tratará de desarrollar todas sus facultades. Por
imperfecto que sea, se estimulará todo esfuerzo hecho por armonizar
con los principios justos.—
La Educación, 227, 228
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