Página 147 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Mantener despejada la conexión de Dios con el hombre
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El licor hace del hombre un esclavo
Cuando se complace el apetito por la bebida embriagante, el
hombre lleva voluntariamente a sus labios el trago que hunde a
aquel que fue hecho a la imagen de Dios a un nivel inferior al de
la bestia. La razón es paralizada, el intelecto es obnubilado, las
pasiones animales son excitadas, y entonces se producen crímenes
del carácter más degradante
Bajo la influencia de la bebida que toman son inducidos a hacer
cosas de las cuales huirían con horror si no hubiesen probado la
droga enloquecedora. Cuando están bajo la influencia del veneno
líquido, están bajo el dominio de Satanás. El los gobierna y ellos
colaboran con él
Así obra [Satanás] cuando tienta a los hombres a vender el alma
por la bebida. Toma posesión de cuerpo, mente y alma, y ya no es
el hombre sino Satanás quien actúa. Y la crueldad de Satanás se
expresa al alzar el borracho su mano para golpear sin misericordia
a la mujer a la cual ha prometido amar y proteger por toda la vida.
Los actos del ebrio son una expresión de la violencia de Satanás
Los hombres que usan el licor se convierten voluntariamente en
esclavos de Satanás. Satanás tienta a aquellos que ocupan cargos
de responsabilidad en ferrocarriles, en barcos, los que tienen a su
cargo lanchas o vehículos cargados de gente que acude en masa a
lugares de diversión idólatra para complacer su apetito pervertido y
así olvidar a Dios y sus leyes.
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No pueden ver qué están haciendo. Se hacen las señales en forma
incorrecta, y se provocan colisiones entre los vehículos. De ahí viene
el horror, la mutilación y la muerte. Este estado de cosas se verá
cada vez más.
Las inclinaciones corruptas del borracho se transmiten a su des-
cendencia, y de ella a las generaciones siguientes
El tabaco es un veneno lento
El tabaco es un veneno lento, insidioso, pero de los más nocivos.
En cualquier forma en que se haga uso de él, mina la constitución; es
tanto más peligroso cuanto sus efectos son lentos y apenas percepti-
bles al principio. Excita y después paraliza los nervios. Debilita y