Página 151 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Mantener despejada la conexión de Dios con el hombre
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anteriores. Los que han complacido su apetencia por estos estimu-
lantes han transmitido sus depravados apetitos y pasiones a sus hijos,
y se requiere mayor poder moral para resistir la intemperancia en
todas sus formas. La única conducta perfectamente segura consiste
en colocarse firmemente de parte de la temperancia y no aventurarse
en la senda del peligro.
Si las sensibilidades morales de los cristianos se aguzaran en el
tema de la temperancia en todas las cosas, podrían, por su ejemplo,
y principiando en sus mesas, ayudar a los que tienen poco domi-
nio propio, a los que son casi incapaces de resistir a las instancias
de su apetito. Si pudiésemos comprender que los hábitos que ad-
quirimos en esta vida afectarán nuestros intereses eternos, y que
nuestro destino eterno depende de que nos habituemos a ser tempe-
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rantes, lucharíamos para ser estrictamente temperantes en el comer
y beber. Por nuestro ejemplo y esfuerzo personales, podemos ser
instrumentos para salvar a muchas almas de la degradación de la in-
temperancia, el crimen y la muerte. Nuestras hermanas pueden hacer
mucho en la obra de la salvación de los demás, al poner sobre sus
mesas únicamente alimentos sanos y nutritivos. Pueden dedicar su
precioso tiempo a educar los gustos y apetitos de sus hijos, a hacerles
adquirir hábitos de temperancia en todas las cosas, y a estimular la
abnegación y la benevolencia para beneficio de los demás
[192]
Joyas de los Testimonios 1:254
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CSS 104
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La Temperancia, 14, 13
.
La Temperancia, 12
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El Evangelismo, 385
.
Obreros Evangélicos, 399, 400
.
El Ministerio de Curación, 256, 253-255
.
La Temperancia, 21, 22
.
La Temperancia, 22
.
La Temperancia, 29
.
La Temperancia, 31, 35
.
El Ministerio de Curación, 251, 252
.
La Temperancia, 50, 51
.
Joyas de los Testimonios 1:419
.
La Temperancia, 52
.
La Temperancia, 52, 53
:
El Ministerio de Curación, 252
.
El Ministerio de Curación, 250, 251
.