Página 148 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
anubla el cerebro. A menudo afecta los nervios más poderosamente
que las bebidas alcohólicas. Es un veneno más sutil, y es difícil eli-
minar sus efectos en el organismo. Su uso despierta sed de bebidas
fuertes, y en muchos casos echa los cimientos del hábito de beber
alcohol.
El uso del tabaco es perjudicial, costoso y sucio; contamina al
que lo usa y molesta a los demás.
Entre los niños y los jóvenes el uso del tabaco hace un daño
incalculable.
Los muchachos empiezan a hacer uso del tabaco en edad muy
temprana. El hábito que adquieren cuando el cuerpo y la mente son
particularmente susceptibles a sus efectos, socava la fuerza física,
impide el crecimiento del cuerpo, embota la inteligencia y corrompe
la moralidad
No hay apetito natural por el tabaco en la naturaleza, a menos
que sea heredado.
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Por el uso del té y del café se forma un apetito por el tabaco.
El alimento preparado con condimentos y especias, inflama el
estómago, corrompe la sangre y prepara el camino para estimulantes
más fuertes
Los alimentos a base de carne y altamente sazonados, y el té
y café cuyo consumo algunas madres fomentan en sus hijos, los
preparan para desear estimulantes más fuertes, como el tabaco. El
uso de éste despierta el deseo de ingerir bebidas alcohólicas
El humo del tabaco es dañino para las mujeres y los niños
Mujeres y niños sufren por tener que respirar en la atmósfera que
ha sido contaminada por la pipa, el cigarro, o el pestilente aliento
del que usa tabaco. Los que viven en esta atmósfera siempre estarán
enfermos
Al inhalar los efluvios venenosos del tabaco, arrojados de los
pulmones y eliminados por los poros de la piel, el organismo del niño
se llena de veneno. Mientras que en algunos niños actúa como un
veneno lento y afecta el cerebro, el corazón, el hígado y los pulmones,
que se van debilitando y desmejorando rápidamente, en otros tiene
una influencia más directa, produciendo espasmos, ataques, parálisis
y muerte repentina.