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Consejos para la Iglesia
Percátese del valor de su obra y vístase de toda la armadura de Dios
a fin de resistir la tentación de conformarse con la norma del mundo.
Ella obra para este tiempo y para la eternidad.
Si entran en la obra hombres casados, dejando a sus esposas en
casa para que cuiden a los niños, la esposa y madre está haciendo
una obra tan grande e importante como la que hace el esposo y padre.
Mientras que el uno está en el campo misionero, la otra es misionera
en el hogar, y con frecuencia sus ansiedades y cargas exceden en
mucho a las del esposo y padre. La obra de la madre es solemne e
importante. El esposo puede recibir honores de los hombres en el
campo misionero, mientras que la que se afana en casa no recibe
reconocimiento terreno alguno por su labor; pero si trabaja en pro
de los mejores intereses de su familia, tratando de formar su carácter
según el Modelo divino, el ángel registrador la anotará como uno de
los mayores misioneros del mundo. Dios no ve las cosas como las
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percibe la visión finita del hombre.
El mundo rebosa de influencias corruptoras. Las modas y las
costumbres ejercen sobre los jóvenes una influencia poderosa. Si la
madre no cumple su deber de instruir, guiar y refrenar a sus hijos,
éstos aceptarán naturalmente lo malo y se apartarán de lo bueno.
Acudan todas las madres a menudo a su Salvador con la oración:
“¿Cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer
con él?” Cumpla ella las instrucciones que Dios dio en su Palabra, y
se le dará sabiduría a medida que la necesite.
Comprenda toda madre que su tiempo no tiene precio; su obra ha
de probarse en el solemne día de la rendición de cuentas. Entonces
se hallará que muchos fracasos y crímenes de los hombres y mujeres
fueron el resultado de la ignorancia y negligencia de quienes debie-
ron haber guiado sus pies infantiles por el camino recto. Entonces se
hallará que muchos de los que beneficiaron al mundo con la luz del
genio, la verdad y la santidad, recibieron de una madre cristiana y
piadosa los principios que fueron la fuente de su influencia y éxito.
El poder de la madre para el bien
La esfera de la madre puede ser humilde; pero su influencia,
unida a la del padre, es tan perdurable como la eternidad. Después