Página 201 - Consejos para la Iglesia (1991)

Basic HTML Version

Los padres cristianos
197
de Dios, el poder de la madre en favor del bien es el más fuerte que
se conozca en la tierra.
Una madre cristiana estará siempre bien despierta para discernir
los peligros que rodean a sus hijos. Mantendrá su alma en una
atmósfera pura y santa; regirá su genio y sus principios por la palabra
de Dios y, haciendo fielmente su deber, vivirá por encima de las
[258]
mezquinas tentaciones que siempre la asaltarán.
Los niños tienen la percepción rápida, y disciernen los tonos
pacientes y amorosos en contraste con las órdenes impacientes y
apasionadas, que desecan el raudal del amor y del afecto en los
corazones infantiles. La verdadera madre cristiana no ahuyentará a
sus hijos de su presencia por su irritación y falta de amor y simpatía.
Madres, despertad y reconoced que vuestra influencia y vuestro
ejemplo afectan el carácter y el destino de vuestros hijos; y en vista
de vuestra responsabilidad, desarrollad una mente bien equilibrada
y un carácter puro, que reflejen tan sólo lo verdadero, lo bueno y lo
bello.
Muchísimos esposos e hijos que no encuentran motivo alguno
de atracción en la casa y de continuo son saludados con regaños y
murmuraciones, buscan consuelo y diversión lejos del hogar, en la
taberna u otros lugares de placer prohibido. A menudo la esposa y
madre, ocupada con los cuidados de la casa se olvida de las pequeñas
cortesías que harían del hogar un sitio agradable para el esposo y los
hijos, aun cuando en presencia de ellos no se queja mucho de sus
vejámenes y dificultades peculiares. Mientras ella está ocupada en
la preparación de algo que comer o de alguna prenda de vestir, el
esposo y los hijos entran y salen como extraños.
Si las madres se permiten llevar vestidos desaseados en la casa,
enseñan a sus hijos a seguir por el mismo camino del desaliño. Mu-
chas madres piensan que en la casa cualquier ropa es bastante buena,
por sucia y desaliñada que esté. Pero pronto pierden su influencia
[259]
en la familia. Los hijos comparan el vestido de la madre con el de
quienes visten con aseo, y se debilita el respeto que le tienen
La esposa y madre fiel cumplirá sus deberes con dignidad y buen
ánimo; no considerará que sea degradante hacer con sus propias
manos cuanto sea necesario hacer en una casa bien ordenada