Página 216 - Consejos para la Iglesia (1991)

Basic HTML Version

212
Consejos para la Iglesia
Descuidar lo esencial no es economía
No se honra a Dios cuando se descuida el cuerpo, o se lo maltrata,
y así se lo incapacita para servirle. Cuidar del cuerpo proveyéndole
alimento apetitoso y fortificante es uno de los principales deberes del
[277]
ama de casa. Es mucho mejor tener ropas y muebles menos costosos
que escatimar la provisión de alimento.
Algunas madres de familia escatiman la comida en la mesa para
poder obsequiar opíparamente a sus visitas. Esto es desacertado. Al
agasajar huéspedes se debiera proceder con más sencillez. Atiéndan-
se primero las necesidades de la familia.
Una economía doméstica imprudente y las costumbres artifi-
ciales hacen muchas veces imposible que se ejerza la hospitalidad
donde sería necesaria y beneficiosa. La provisión regular de alimento
para nuestra mesa debe ser tal que se pueda convidar al huésped
inesperado sin recargar a la señora de la casa con preparativos extra-
ordinarios
La economía no significa mezquindad, sino un gasto prudente
de los recursos porque hay que hacer una gran obra.
Dios no requiere que sus hijos se priven de lo que necesitan
realmente para su salud y comodidad, pero no aprueba el desenfreno,
la prodigalidad ni la ostentación
Deber de los padres al enseñar a los hijos
Enseñad a vuestros hijos que Dios tiene derecho sobre todo lo
que poseen, y que ninguna cosa podrá suprimir ese derecho; todo
lo que poseen lo han recibido como un legado, para probarlos si
serán obedientes. El dinero es un bien necesario; que no se prodigue
a quienes no lo necesitan. Hay otros que necesitan vuestros dones
voluntarios. Si tenéis hábitos de despilfarro, suprimidlos de vuestra
vida tan pronto como sea posible. A menos que hagáis esto, os
[278]
arruinaréis para la eternidad
La tendencia de los jóvenes en esta época es descuidar y despre-
ciar la economía, confundiéndola con la mezquindad y estrechez.
Pero la economía concuerda con las opiniones y los sentimientos
más amplios y liberales. Donde no se la práctica, no puede haber