Capítulo 30—Las vías de acceso a la mente que
deben custodiarse
Todos deben custodiar los sentidos, no sea que Satanás obtenga
la victoria sobre ellos; porque son las vías de acceso al alma.
Tendrá que ser usted fiel centinela que vele sobre sus ojos, oídos
y otros sentidos si quiere gobernar su mente y evitar que manchen
su alma pensamientos vanos y corruptos. Sólo el poder de la gracia
puede realizar esta obra tan deseable.
Satanás y sus ángeles están atareados creando una condición de
parálisis de los sentidos, para que las recomendaciones, amonesta-
ciones y reproches no sean oídos; y para que, si llegan a oírse, no
produzcan efecto en el corazón ni reformen la vida.
Satanás no puede entrar en la mente sin nuestro
consentimiento
Dios proveyó para que no seamos tentados más allá de lo que
podamos soportar, y para toda tentación preparará una salida. Si
vivimos totalmente para Dios, no permitiremos que nuestra mente
se entregue a imaginaciones egoístas.
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Si de alguna manera Satanás puede obtener acceso a la mente,
sembrará su cizaña y la hará crecer al punto de producir una cosecha
abundante. En ningún caso puede Satanás dominar los pensamientos,
palabras y actos, a menos que voluntariamente le abramos la puerta
y le invitemos a pasar. Entrará entonces y, arrebatando la buena
semilla del corazón, anulará el efecto de la verdad.
Es peligroso detenerse para contemplar las ventajas de ceder
a las sugestiones de Satanás. El pecado significa deshonra y ruina
para toda alma que se entrega a él; pero es de naturaleza tal que
ciega y engaña; y nos tentará con presentaciones lisonjeras. Si nos
aventuramos en el terreno de Satanás, no hay seguridad de que
seremos protegidos contra su poder. En cuanto sea posible, debemos
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