Página 24 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
Pero debemos volver a nuestro relato de la visión de 2 horas de
duración ocurrida en el edificio de escuela. Acerca de ella, escribió
más tarde Elena G. de White:
“La mayor parte de lo que había visto diez años antes concernien-
te al gran conflicto de los siglos entre Cristo y Satanás fue repetido,
y se me instruyó a que lo escribiera”
En la visión le parecía estar presente, presenciando las escenas
que aparecían ante ella. Primero parecía que estaba en el cielo, donde
presenció la caída de Lucifer. Luego vio la creación del mundo y vio
a nuestros primeros padres en su hogar en el Edén. Los vio cuando
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cedieron a las tentaciones de la serpiente, y cuando perdieron su
hogar en el jardín. Los eventos de la historia bíblica pasaron ante
ella en rápida sucesión. Vio las experiencias de los patriarcas y los
profetas de Israel. Luego presenció la vida y la muerte de nuestro
salvador Jesucristo y su ascensión al cielo donde desde entonces ha
estado ministrando como nuestro Sumo Sacerdote.
Después de esto vio salir a los discípulos para esparcir el mensaje
del evangelio a los confines de la tierra, seguido rápidamente por
la apostasía y la oscuridad de la Edad Media. Luego, en visión, vio
la Reforma, durante la cual hombres nobles defendieron la verdad
a riesgo de sus vidas. Fue trasladada a las escenas del juicio que
comenzó en el cielo en 1844, y a nuestro tiempo, y luego al futuro
para ver la venida de Cristo en las nubes del cielo. Presenció las
escenas del milenio y de la tierra nueva.
Con estas representaciones vívidas ante ella, después de regresar
a su casa, Elena G. de White emprendió la tarea de escribir lo que
había visto y oído en la visión. Unos 6 meses más tarde apareció
publicado un pequeño volumen de 219 páginas con el título
The
Great Controversy Between Christ and His Angels and Satan and
His Angels
[El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles, y Satanás y
sus ángeles].
Ese librito fue recibido con entusiasmo porque describía en for-
ma vívida la experiencia que estaba ante la iglesia y desenmascaraba
los planes de Satanás y la manera como intentaría engañar a la iglesia
y al mundo en el último gran conflicto de la tierra. Cuán agradecidos
estaban los adventistas porque Dios les estaba hablando en estos
últimos días por medio del espíritu de profecía, exactamente como
[19]
lo había prometido.