Página 281 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La educación cristiana
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cierto dominio sobre ellos, serán inútiles en esta vida y no tendrán
parte en la venidera
Muchos padres y madres se equivocan al fallar en apoyar los
esfuerzos de los maestros fieles. Los jóvenes y los niños, con su com-
prensión imperfecta y su discernimiento sin desarrollar, no siempre
son capaces de entender todos los planes y métodos de los maestros.
Sin embargo, cuando llevan a casa informes de lo que se dijo e hizo
en la escuela, los padres los discuten en el círculo familiar, y se
critica sin reservas el proceder del maestro. De esa forma los niños
aprenden lecciones que no se olvidan fácilmente. Tan pronto como
se los somete a restricciones a las que no están acostumbrados, o se
les requiere que se apliquen diligentemente al estudio, apelan a sus
imprudentes padres para obtener simpatía y complacencia. Así se
fomenta un espíritu de inquietud y descontento; la escuela como un
todo se perjudica por la influencia desmoralizadora, y la carga del
maestro se vuelve mucho más pesada. Pero la pérdida más grande
la sufren las víctimas de la mala administración de los padres. Los
defectos de carácter que podrían haberse corregido con una instruc-
ción correcta se fortalecen con el paso de los años, echando a perder
y tal vez destruyendo la utilidad de su poseedor
Maestros dirigidos por Dios
El Señor obra por medio de todo maestro consagrado; y conviene
a los intereses del maestro que así lo comprenda. Los instructores
que están bajo la disciplina de Dios, reciben gracia, verdad y luz por
el Espíritu Santo para comunicarlas a su vez a los niños. Están bajo
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el mayor Maestro que el mundo haya conocido, y cuán impropio
sería que ellos tuviesen un espíritu cruel, una voz aguda, llena de
irritación. Con esto perpetuarían sus propios defectos en los niños.
Dios se comunicará con el alma por su propio Espíritu. Orad
mientras estudiáis: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley”.
Salmos 119:18
. Cuando en oración el maestro confía en Dios, el
Espíritu de Cristo descenderá sobre él, y por el Espíritu Santo Dios
obrará mediante él sobre la mente del alumno. El Espíritu Santo llena
la mente y el corazón de esperanza, valor e imágenes bíblicas, que
serán comunicadas al alumno. Las palabras de verdad crecerán en
importancia, y asumirán una anchura y plenitud de significado cual