Página 31 - Consejos para la Iglesia (1991)

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El don profético y Elena G. de White
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La vida y la obra de Elena G. de White
Elena G. Harmon y su hermana gemela nacieron el 26 de noviem-
bre de 1827, en Gorham, estado de Maine, en la región septentrional
de los Estados Unidos de Norteamérica. A los 9 años de edad, Elena
sufrió un grave accidente. Una condiscípula inconsciente le arrojó
una piedra, y la herida que sufrió en el rostro casi le costó la vida.
De hecho, la dejó tan delicada que le resultó imposible continuar
con sus estudios.
A la edad de 11 años, Elena dio su corazón a Dios. Cuando
tenía 14 años fue bautizada por inmersión en el mar y recibida como
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miembro de la Iglesia Metodista. Juntamente con otros miembros
de su familia, asistió a las reuniones adventistas que se iniciaron
en Portland, estado de Maine. Aceptó plenamente las enseñanzas
referentes a la inminente venida de Cristo que presentaban Guillermo
Miller y sus colegas.
Una mañana de diciembre de 1844, mientras oraba con 4 mu-
jeres, el poder de Dios descendió sobre ella. Al principio perdió la
conciencia de las cosas terrenales; luego, en una revelación gráfica
presenció las peregrinaciones del pueblo adventista hacia la ciudad
de Dios. También se le mostró la recompensa de los fieles. Tem-
blando, la niña de 17 años relató a sus correligionarios de Portland
esta visión y otras ulteriores. Luego, a medida que se le presentaba
la oportunidad, las relataba a grupos de adventistas del estado de
Maine y otros estados cercanos.
En agosto de 1846, Elena Harmon se unió en matrimonio con
Jaime White, joven ministro adventista. Durante los 35 años siguien-
tes, su vida estuvo estrechamente vinculada con la de su esposo
en arduos trabajos evangélicos hasta la muerte de él, ocurrida el 6
de agosto de 1881. Viajaron extensamente por los Estados Unidos,
predicando y escribiendo, plantando y edificando, organizando y
administrando.
El tiempo y otras pruebas han demostrado cuán amplios y firmes
fueron los fundamentos que ellos echaron, cuán sabia y prudente-
mente edificaron. Iniciaron entre los adventistas del séptimo día la
obra de publicaciones en 1849 y 1850, y hacia el año 1860 desarro-
llaron la organización de la iglesia sobre la base de un sano sistema
financiero. Esto culminó en 1863 con la organización de la Asocia-
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