Página 368 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
que repercute con voz de trueno desde el Sinaí. Ninguna obediencia
parcial, ningún interés dividido acepta Aquel que declara que las
debilidades de los padres serán castigadas en los hijos hasta la ter-
cera y cuarta generación de los que le aborrecen, y que manifestará
misericordia en millares de generaciones a aquellos que le aman y
guardan sus mandamientos. No es asunto sin importancia robar a un
vecino, y grande es el estigma impuesto al culpable de semejante
acto; sin embargo, el que nunca defraudaría a sus semejantes, roba
sin vergüenza alguna a su Padre celestial el tiempo que ha bendecido
y apartado con un propósito especial
Debe velarse sobre las palabras y los pensamientos. Los que
hablan de asuntos comerciales y hacen planes en sábado, son consi-
derados por Dios como si se hubiesen dedicado realmente a efectuar
los negocios. Para santificar el sábado, no debemos permitir siquiera
a nuestra mente que se espacie en cosas de carácter mundano
Dios ha hablado y quiere que el hombre obedezca. No pregunta si
le es conveniente hacerlo. El Señor de la vida y la gloria no consultó
su conveniencia o placer cuando dejó su puesto y elevada jerarquía
para venir a ser varón de dolores y experimentado en quebranto,
para aceptar la ignominia y la muerte a fin de librar al hombre de
las consecuencias de su desobediencia. Jesús murió, no para salvar
al hombre
en
sus pecados, sino
de
sus pecados. El hombre ha de
abandonar el error de sus caminos, seguir el ejemplo de Cristo, tomar
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su cruz y seguirlo, negándose a sí mismo y obedeciendo a Dios a
todo costo.
Las circunstancias no justificarán a nadie que trabaje en sábado
por amor a la ganancia mundanal. Si Dios excusa a un hombre,
puede excusarlos a todos. ¿Por qué no habría de trabajar en sábado
para ganarse la vida el Hno. L*** que es pobre, cuando al hacerlo
podría sostener mejor su familia? ¿Por qué no podrían los otros
hermanos, o todos nosotros, guardar el sábado únicamente cuando
fuese conveniente hacerlo? La voz del Sinaí responde: “Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; más el séptimo día es reposo para
Jehová tu Dios”.
Éxodo 20:9, 10
.
Su edad no lo dispensa a usted de obedecer a los mandatos
divinos. Abrahán fue probado estrictamente en su vejez. Al afligido
anciano le parecían terribles e inoportunas las palabras del Señor,
pero no puso en duda su justicia ni vaciló en su obediencia. Podría