El don profético y Elena G. de White
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Por alguna razón, los hombres no aplicaron el consejo general
dado el sábado por la tarde. Pensaron que sabían más. Tal vez ra-
zonaron como razonan hoy algunos: “Bueno, tal vez Elena G. de
White no entendió”, o “ahora vivimos en tiempos diferentes”, o “ese
consejo se aplicó hace años, pero no es apropiado para hoy”. Los
pensamientos que Satanás nos susurra en estos días son los mismos
con los cuales tentó a nuestros ministros en 1891. Dios, en su mo-
mento apropiado y en su propia forma, hizo claro que era su obra,
que la dirigía, que la guardaba, que tenía su mano sobre el timón.
Elena G. de White nos dice que Dios muchas veces permitió que las
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cosas llegasen a una crisis, a fin de que su intervención fuese más
destacada. “Entonces demostró la existencia del Dios de Israel”
Los Testimonios y el lector
Elena G. de White habló y escribió durante 70 años acerca de las
cosas que Dios le reveló. Muchas veces los consejos fueron dados
para corregir a los que se descarriaban de la verdad bíblica. Muchas
veces señalaron la dirección que Dios quería que siguiera su pueblo.
A veces los
Testimonios
trataban acerca de la forma de vivir, del
hogar y de la iglesia. ¿Cómo recibieron esos mensajes los miembros
de iglesia?
Desde el comienzo de la obra de Elena G. de White, los diri-
gentes examinaron su obra para asegurarse de que la manifestación
del don de profecía era genuina. El apóstol Pablo nos advierte: “No
menospreciéis las profecías. Examinadlo todo, retened lo bueno”.
1 Tesalonicenses 5:20, 21
. Las pruebas que la Biblia presenta para
saber si un profeta es verdadero se aplicaron a la obra de Elena G.
de White. Y eso es lo que ella quería, porque escribió:
“La obra es de Dios, o no lo es. Dios no hace nada en sociedad
con Satanás. Mi obra lleva la estampa de Dios, o la del enemigo. No
hay medias conclusiones en el asunto”
La Biblia presenta 4 pruebas básicas para examinar a un profeta.
La obra de Elena G. de White soporta cada una de ellas.
1. El mensaje del profeta verdadero debe estar en armonía con
la ley de Dios y con los mensajes de los profetas.
Isaías 8:20
.
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Los escritos de Elena G. de White ensalzan la ley de Dios y
dirigen a los hombres y a las mujeres a toda la Biblia. Ella señala a