Página 486 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
unidos, que su poder aumente progresivamente, que de la fe pasen
a una mayor seguridad y confianza en la verdad y la justicia de su
causa.
Debemos permanecer firmes como una roca en lo que respecta
a los principios de la Palabra de Dios, y recordar que Dios está
con nosotros para proporcionarnos poder a fin de enfrentar cada
nueva experiencia. Mantengamos siempre en nuestras vidas los
principios de la justicia para que progresemos en fortaleza en el
nombre del Señor. Debemos retener como algo sacratísimo la fe que
ha sido establecida por la instrucción y la aprobación del Espíritu
de Dios desde nuestra experiencia más temprana hasta el momento
actual. Debemos considerar como algo preciosísimo la obra que
el Señor ha estado realizando por medio de su pueblo que guarda
sus mandamientos, la cual, mediante el poder de su gracia, llegará
a ser más fuerte y más eficiente a medida que el tiempo avanza. El
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enemigo está procurando oscurecer el discernimiento del pueblo de
Dios y debilitar su eficacia, pero si sus miembros trabajan siguiendo
las directivas del Espíritu de Dios, él abrirá puertas de oportunidad
delante de ellos para realizar la obra de edificar las ruinas antiguas.
Su experiencia consistirá en un crecimiento constante, hasta que el
Señor descienda del cielo con poder y gran gloria para poner sobre
sus fieles el sello del triunfo final.
La obra que tenemos delante es de tal naturaleza que exigirá la
acción de todas las facultades del ser humano. Requerirá el ejercicio
de una fe poderosa y una vigilancia constante. Las dificultades
que enfrentaremos a veces serán sumamente desalentadoras. La
magnitud misma de la tarea nos consternará. Y sin embargo, sus
siervos triunfarán finalmente porque cuentan con la ayuda de Dios.
“Por lo cual—hermanos míos—pido que no desmayéis” (
Efesios
3:13
) a causa de las experiencias angustiosas que os esperan. Jesús
estará con vosotros; irá delante de vosotros mediante su Espíritu
Santo para preparar el camino; y él será vuestro ayudador en toda
emergencia.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho
más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo
Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.
Efesios 3:20, 21