Página 76 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
La santificación es una obra progresiva. Los pasos sucesivos,
según se los presenta en las palabras de Pedro, son los siguientes:
“Poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe
virtud; y en la virtud ciencia; y en la ciencia templanza; y en la
templanza paciencia; y en la paciencia temor de Dios; y en el temor
de Dios, amor fraternal, y en el amor fraternal caridad”.
2 Pedro 1:5-
8
. “Por lo cual, hermanos, procurad tanto más hacer firme vuestra
vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
Porque de esta manera os será abundantemente administrada la
entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
Vers. 10, 11
.
He aquí una conducta en virtud de la cual se nos asegura que
nunca caeremos. Los que están así trabajando según el plan de la
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adición para obtener las gracias de Cristo, tienen la seguridad de que
Dios obrará según el plan de la multiplicación al concederles los
dones de su Espíritu
La santificación no es obra de un momento, una hora o un día.
Es un crecimiento continuo en la gracia. No sabemos un día cuán
intenso será nuestro conflicto al día siguiente. Satanás vive, es activo
y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por ayuda
y fortaleza para resistirle. Mientras reine Satanás tendremos que
subyugar el yo, tendremos asedios que vencer, y no habrá punto en
que detenerse, donde podamos decir que hemos alcanzado la plena
victoria.
La vida cristiana es una marcha constante hacia adelante. Jesús
está sentado para refinar y purificar a sus hijos; y cuando su imagen
se refleja perfectamente en ellos, son perfectos y santos, preparados
para la traslación. Se requiere del cristiano una obra grande. Se nos
exhorta a purificarnos de toda inmundicia de la carne y del espíritu,
y a perfeccionar la santidad en el temor de Dios. En esto vemos en
qué estriba la gran labor. Hay trabajo constante para el cristiano.
Todo sarmiento de la cepa debe obtener de ella vida y fuerza a fin
de dar fruto
Que nadie se engañe pensando que Dios perdonará y bendecirá
a aquellos que están pisoteando uno de sus requerimientos. La
comisión voluntaria de un pecado conocido, silencia el testimonio
del Espíritu, y separa el alma de Dios. Cualquiera sea el éxtasis