Página 82 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata:
porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a
plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia”.
Malaquías 3:2, 3
Dios conduce a su pueblo paso a paso. Coloca a sus seguidores
en diferentes situaciones a fin de que se manifieste lo que hay en el
corazón. Algunos soportan ciertas pruebas, pero fracasan en otras. A
medida que se avanza en este proceso, el corazón es probado un poco
más severamente. Si los que profesan ser hijos de Dios, encuentran
que su corazón se opone a esta obra directa, deben convencerse de
que tienen que hacer algo para vencer, si no quieren ser vomitados
de la boca del Señor
Tan pronto como reconocemos nuestra incapacidad para hacer
la obra de Dios, y nos sometemos a él para ser guiados por su sabi-
duría, el Señor puede trabajar con nosotros. Si estamos dispuestos
a desterrar el egoísmo de nuestra alma, él suplirá todas nuestras
necesidades
Consejos para los que buscan la seguridad de la aceptación de
Dios
¿Cómo habéis de saber que sois aceptos a Dios? Estudiad su
Palabra con oración. No la pongáis a un lado por ningún otro libro.
Ella os convence de pecado. Revela claramente el camino de la sal-
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vación. Saca a luz una recompensa brillante y gloriosa. Os revela un
Salvador completo y os enseña que únicamente por su misericordia
ilimitada podéis esperar salvación.
No descuidéis la oración secreta, porque es el alma de la religión.
Con oración ferviente y sincera, solicitad pureza para vuestra alma.
Interceded tan ferviente y ardorosamente como lo haríais por vuestra
vida mortal, si estuviese en juego. Permaneced delante de Dios hasta
que se enciendan en vosotros anhelos indecibles de salvación, y
obtengáis la dulce evidencia de que vuestro pecado está perdonado
Jesús no le ha abandonado a usted para que se asombre en las
pruebas y las dificultades que encuentra. El se lo ha expuesto todo,
como también le ha dicho que no se quede abatido ni oprimido
cuando vienen las pruebas. Mire a Jesús, su Redentor, tenga ánimo
y regocíjese. Las pruebas más duras de soportar son aquellas que
provienen de nuestros hermanos, de nuestros amigos cercanos; pero