Página 98 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
despiertan para hacer la obra que pueden hacer, y mirando cada uno
cuánto puede hacer en la obra de ganar almas para Jesús, emprenden
la guerra a su propio costo, veremos a muchos abandonar las filas
de Satanás para colocarse bajo el estandarte de Cristo. Si nuestro
pueblo decide actuar de acuerdo con la luz dada en estas pocas
palabras de instrucción [se refiere a
Juan 15:8
], veremos por cierto
la salvación de Dios. Se producirán reavivamientos admirables. Se
convertirán pecadores, y muchas almas serán añadidas a la iglesia.
Cuando pongamos nuestro corazón en unidad con Cristo y nuestra
vida en armonía con su obra, el Espíritu que descendió sobre los
discípulos en el día de Pentecostés, descenderá sobre nosotros
Peligro en la demora
Una escena muy impresionante pasó ante mí en visiones noctur-
nas. Vi una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo
de hermosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a
alguien decir: “Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra,
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mas no pensábamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron en tono
de reproche: “Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis
nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!” Y por todas partes oía reproches
parecidos.
Me desperté angustiada. Volví a dormirme y me pareció en-
contrarme en una gran asamblea. Un Ser de autoridad hablaba al
auditorio, señalando un mapamundi. Decía que aquel mapa repre-
sentaba la viña de Dios que debemos cultivar. Cuando la luz celestial
brillaba sobre alguno, debía transmitirla. Debían encenderse luces
en los diferentes lugares y de estas luces se encenderían otras aún.
Estas palabras fueron repetidas: “Vosotros sois la sal de la tierra;
y si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No vale más para
nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres. Vosotros
sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, más sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en
casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos”.
Mateo 5:13-16
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