Las carnes (continuación de “las proteínas”)
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cielo.—
The Review and Herald, 27 de mayo de 1902
;
Counsels on
Health, 575, 576
.
656. Los que pretenden creer la verdad han de custodiar cuidado-
samente las facultades del cuerpo y la mente, de manera que Dios y
su causa no sean de ninguna manera deshonrados por sus palabras o
acciones. Los hábitos y las prácticas han de someterse a la voluntad
de Dios. Hemos de dar cuidadosa atención a nuestro régimen. Se
me ha presentado claramente que el pueblo de Dios ha de tomar
una posición firme en contra del consumo de carne. ¿Estaría Dios
dando a su pueblo durante treinta años el mensaje de que si sus
hijos desean tener sangre pura y mentes claras, deben abandonar el
uso de la carne, si él no quisiera que ellos prestaran atención a su
mensaje? Por el empleo de la carne se fortalece la naturaleza animal,
y la naturaleza espiritual se debilita.—
Carta 48, 1902
.
657. Los males morales derivados del consumo de la carne no son
menos patentes que los males físicos. La carne daña la salud; y todo
lo que afecta al cuerpo ejerce también sobre la mente y el alma un
efecto correspondiente. Pensemos en la crueldad hacia los animales
que entraña la alimentación con carne, y en su efecto en quienes
los matan y en los que son testigos del trato que reciben. ¡Cuánto
contribuye esto a destruir la ternura con que deberíamos considerar
a estos seres creados por Dios!—
El Ministerio de Curación, 242,
243 (1905)
.
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658. El uso común de la carne de animales muertos ha tenido una
influencia deteriorante sobre la moral así como sobre la constitución
física. Una salud pobre, en una variedad de formas, revelaría ser
resultado seguro del consumo de carne, si pudiera rastrearse la causa
del efecto.—
Manuscrito 22, 1887
.
659. Los que usan carne desatienden todas las advertencias que
Dios ha dado concerniente a esta cuestión. No tienen evidencia de
que andan en sendas seguras. No tienen la menor excusa por comer
carne de animales muertos. La maldición de Dios descansa sobre
la creación animal. Muchas veces cuando se come carne, ésta se
descompone en el estómago, y produce enfermedad. El cáncer, los
tumores y las enfermedades pulmonares son producidos mayormente
por el consumo de carne.—
Pacific Union Recorder, 9 de octubre de
1902
.