Página 417 - Consejos Sobre el R

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El té y el café
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intemperancia es la raíz de la depravación moral del mundo. Al
satisfacer sus apetitos pervertidos, el hombre pierde la facultad de
resistir a la tentación.
Los que trabajan en favor de la temperancia tienen que educar al
pueblo en este sentido. Enséñenle que la salud, el carácter y aun la vi-
da, corren peligro por el uso de estimulantes que excitan las energías
exhaustas para que actúen en forma antinatural y espasmódica.—
El
Ministerio de Curación, 257, 258 (1905)
.
Perseverad, y la naturaleza se recuperara
En cuanto al té, al café, al tabaco y a las bebidas alcohólicas, la
única conducta exenta de peligro consiste en no tocarlos, ni probar-
los, ni tener nada que ver con ellos. El efecto del té, del café y de
las bebidas semejantes es comparable al del alcohol y del tabaco, y
en algunos casos el hábito de consumirlos es tan difícil de vencer
como lo es para el borracho renunciar a las bebidas alcohólicas. Los
que intenten romper con estos estimulantes los echarán de menos
por algún tiempo, y sufrirán por falta de ellos; pero si perseveran,
llegarán a vencer su ardiente deseo, y dejarán de echarlos de menos.
La naturaleza necesita algún tiempo para reponerse del abuso a que
se la ha sometido; pero désele una oportunidad, y volverá a rehacerse
y a desempeñar su tarea noblemente y con toda perfección.
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748. Satanás está corrompiendo las mentes y destruyendo las al-
mas por medio de sus tentaciones sutiles. ¿Verán nuestros hermanos
y sentirán el pecado de complacer el apetito pervertido? ¿Descarta-
rán ellos el té, el café, la carne y todos los alimentos estimulantes,
y dedicarán los medios gastados en estas complacencias dañinas
a esparcir la verdad?... ¿Qué poder tiene el adicto al tabaco para
detener el progreso de la intemperancia? Debe haber una revolución
en nuestro mundo sobre el tema del tabaco antes que el hacha caiga
sobre la raíz del árbol. Recalcamos aún más este tema. El té y el
café están creando un apetito por estimulantes más poderosos, como
el tabaco y el alcohol.—
Testimonies for the Church 3:569 (1875)
.
749. Con respecto a la carne todos nosotros podemos decir:
déjesela. Y todos deben presentar un claro testimonio contra el té y
el café, al no usarlo jamás. Son sustancias narcóticas, perjudiciales
tanto para el cerebro como para los otros órganos del cuerpo...