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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
cosas. El Hno. B _____, aun cuando asumía su posición en el
Re-
former
junto con el Dr. Trall con respecto a los efectos perniciosos
de la sal, la leche y el azúcar, no practicaba las cosas que enseñaba.
Sobre su propia mesa estas cosas se usaban todos los días.
Muchos de nuestros hermanos habían perdido su interés en el
Reformer,
y todos los días se recibían cartas con este pedido des-
animador: “Por favor suspenda mi suscripción a el
Reformer”..
. No
podíamos despertar interés en ninguna parte en el Oeste para obtener
suscriptores a la revista
Health Reformer
. Vimos que los escritores
del
Reformer
se estaban alejando del pueblo, y dejándolo a éste
atrás. Si nosotros tomamos posiciones que cristianos concienzudos,
quienes son en realidad reformadores, no pueden adoptar, ¿cómo
podemos esperar beneficiar a la clase a la cual podemos alcanzar
solamente desde el punto de vista de la salud?—
Testimonies for the
Church 3:18-21 (1870)
.
La paciencia, el cuidado y la consecuencia son necesarios en los
movimientos de reforma
No debemos ir más rápido que lo que nos permita llevar con
nosotros a aquellos cuya conciencia e intelecto están convencidos de
las verdades que defendemos. Debemos encontrar a la gente donde
está. A algunos de nosotros nos ha tomado años llegar a nuestra
posición actual en la reforma pro salud. Es una tarea lenta la de
obtener una reforma en el régimen. Tenemos apetitos poderosos a
los cuales hacer frente; porque el mundo está dado a la glotonería. Si
quisiéramos conceder al pueblo tanto tiempo como el que nosotros
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mismos hemos necesitado para llegar hasta nuestro presente estado
avanzado en la reforma, seríamos muy pacientes con él, y le permiti-
ríamos avanzar paso tras paso, como nosotros lo hemos hecho, hasta
que sus pies estén firmemente establecidos en la plataforma de la
reforma pro salud. Pero debemos ser muy cautos para no avanzar
demasiado rápidamente, no sea que nos veamos obligados a volver
sobre nuestros pasos. En materia de reforma, mejor es que llegue-
mos al punto donde nos falte un paso para alcanzar el blanco que
excedernos un paso de él. Y si hay alguna clase de error, sea ésta
hacia el lado del pueblo.