Página 228 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
se creía que guardaría silencio. Pero, cual aconteciera con los após-
toles de antaño, no pudo “dejar de hablar las cosas que había visto y
oído” debido a lo cual no tardó en ser “entregado a la Inquisición en
Valladolid”.
“Corto fue su proceso [...]. Confesó abiertamente su fe en las
principales doctrinas de la Reforma, es a saber que nadie se salva
por sus propias obras, méritos o fuerzas, sino únicamente debido a
la gracia de Dios, mediante el sacrificio de un solo Medianero”. Ni
con súplicas ni con torturas pudo inducírsele a que se retractara; se
le sentenció, pues, a la hoguera, y sufrió el martirio en un notable
auto de fe, en 1544.
Hacía cerca de un cuarto de siglo que la doctrina reformada
había llegado por primera vez a Valladolid, empero durante dicho
período “sus discípulos se habían contentado con guardarla en sus
corazones o hablar de ella con la mayor cautela a sus amigos de
confianza. El estudio y la meditación, avivados por el martirio de
San Román, pusieron fin a tal retraimiento. Expresiones de simpatía
por su suerte, o de admiración por sus opiniones, dieron lugar a
conversaciones, en cuyo curso los que favorecían la nueva fe, como
se la llamaba, pudieron fácilmente reconocerse unos a otros. El
celo y la magnanimidad de que dio prueba el mártir al arrostrar el
odio general y al sufrir tan horrible muerte por causa de la verdad,
provocó la emulación hasta de los más tímidos de aquellos; de suerte
que, pocos años después de aquel auto, se organizaron formando una
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iglesia que se reunía con regularidad, en privado, para la instrucción
y el culto religioso” (M’Crie, cap. 4).
Esta iglesia, cuyo desarrollo fue fomentado por los esfuerzos
de la Inquisición, tuvo por primer pastor a Domingo de Rojas. “Su
padre fue Don Juan, primer marqués de Poza; su madre fue hija
del conde de Salinas, y descendía de la familia del marqués de la
Mota [...]. Además de los libros de los reformadores alemanes, con
los que estaba familiarizado, propagó ciertos escritos suyos, y parti-
cularmente un tratado con el título de
Explicación de los artículos
de fe
, que contenía una corta exposición y defensa de las nuevas
opiniones”. “Rechazaba como contraria a las Escrituras la doctrina
del purgatorio, la misa y otros artículos de la fe establecida”. “Mer-
ced a sus exhortaciones llenas de celo, muchos fueron inducidos a
unirse a la iglesia reformada de Valladolid, entre los que se contaban