Página 229 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El despertar de España
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varios miembros de la familia del mismo Rojas, como también de
la del marqués de Alcañices y de otras familias nobles de Castilla”
(
ibíd
., cap. 6). Después de algunos años de servicio en la buena
causa, Rojas sufrió el martirio de la hoguera. Camino del sitio del
suplicio, pasó frente al palco real, y preguntó al rey: “¿Cómo podéis,
señor, presenciar así los tormentos de vuestros inocentes súbditos?
Salvadnos de muerte tan cruel”. “No—replicó Felipe—, yo mismo
llevaría la leña para quemar a mi propio hijo si fuese un miserable
como tú” (
ibíd
., cap. 7).
El Dr. Don Agustín Cazalla, compañero y sucesor de Rojas, “era
hijo de Pedro Cazalla, oficial mayor del tesoro real” y se le conside-
raba como “a uno de los principales oradores sagrados de España”.
En 1545 fue nombrado capellán del emperador “a quien acompañó
el año siguiente a Alemania”, y ante quien predicó ocasionalmente
años después, cuando Carlos Quinto se hubo retirado al convento
de Yuste. De 1555 a 1559 tuvo Cazalla oportunidad para pasar larga
temporada en Valladolid, de donde era natural su madre, en cuya
casa solía reunirse secretamente para el culto de la iglesia protes-
tante. “No pudo resistir a las repetidas súplicas con que se le instó
para que se hiciera cargo de los intereses espirituales de esta; la cual,
favorecida con el talento y la nombradía del nuevo pastor, creció
rápidamente en número y respetabilidad” (
ibíd
., cap. 6).
En Valladolid “la doctrina reformada penetró hasta en los mo-
nasterios. Fue abrazada por gran número de las monjas de Sta. Clara,
y de la orden cisterciense de San Belén, y contaba con personas
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convertidas entre la clase de mujeres devotas, llamadas beatas, que
[...] se dedicaban a obras de caridad”.
“Las doctrinas protestantes se esparcieron por todas partes alre-
dedor de Valladolid, habiendo convertidos en casi todas las ciudades
y en muchos de los pueblos del antiguo reino de León. En la ciudad
de Toro fueron aceptadas las nuevas doctrinas por [...] Antonio He-
rrezuelo, abogado de gran talento, y por miembros de las familias de
los marqueses de la Mota y de Alcañices. En la ciudad de Zamora,
Don Cristóbal de Padilla era cabeza de los protestantes”. De estos
los había también en Castilla la Vieja, en Logroño, en la raya de
Navarra, en Toledo y en las provincias de Granada, Murcia, Valencia
y Aragón. “Formaron agrupaciones en Zaragoza, Huesca, Barbastro
y en otras muchas ciudades” (
ibíd
.).