Página 300 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
Jehová; porque viene, sí, porque viene a juzgar la tierra. ¡Juzgará al
mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!”
Salmos 50:2-4
;
96:11-13 (VM)
.
El profeta Isaías dice: “¡Despertad, y cantad, vosotros que moráis
en el polvo! porque como el rocío de hierbas es tu rocío, y la tierra
echará fuera los muertos”. “¡Vivirán tus muertos; los cadáveres de
mi pueblo se levantarán!” “¡Tragado ha a la muerte para siempre;
y Jehová el Señor enjugará las lágrimas de sobre todas las caras,
y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra! porque
Jehová así lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: ¡He aquí, este es
nuestro Dios; le hemos esperado, y él nos salvará! ¡este es Jehová,
le hemos esperado; estaremos alegres, y nos regocijaremos en su
salvación!”
Isaías 26:19
;
25:8, 9 (VM)
.
Habacuc también, arrobado en santa visión, vio la venida de
Cristo. “¡Viene Dios desde Temán, y el Santo desde el monte Parán:
su gloria cubre los cielos, y la tierra se llena de su alabanza! También
su resplandor es como el fuego”. “¡Se para y mide la tierra! ¡echa una
mirada, y hace estremecer a las naciones! se esparcen también como
polvo las montañas sempiternas, se hunden los collados eternos;
¡suyos son los senderos de la eternidad!” “Para que cabalgues sobre
tus caballos, sobre tus carros de salvación”. “¡Te ven las montañas,
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y se retuercen en angustia: [...] el abismo da su voz y levanta en
alto sus manos! ¡El sol y la luna se paran en sus moradas! a la luz
de sus flechas pasan adelante, al brillo de su relumbrante lanza”.
“Sales para la salvación de tu pueblo, para la salvación de tu ungido”.
Habacuc 3:3-13 (VM)
.
Cuando el Señor estuvo a punto de separarse de sus discípulos,
los consoló en su aflicción asegurándoles que volvería: “¡No se turbe
vuestro corazón! [...] En la casa de mi Padre muchas moradas hay;
[...] voy a prepararos el lugar. Y si yo fuere y os preparare el lugar,
vendré otra vez, y os recibiré conmigo”. “Cuando el Hijo del hombre
vendrá en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará
sobre el trono de su gloria; y delante de él serán juntadas todas las
naciones”.
Juan 14:1-3
;
Mateo 25:31, 32 (VM)
.
Los ángeles que estuvieron en el Monte de los Olivos después
de la ascensión de Cristo, repitieron a los discípulos la promesa de
volver que él les hiciera: “Este mismo Jesús que ha sido tomado de
vosotros arriba al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis