Página 315 - El Conflicto de los Siglos (2007)

Basic HTML Version

Capítulo 19—Una profecía significativa
Un agricultor íntegro y de corazón recto, que había llegado a
dudar de la autoridad divina de las Santas Escrituras, pero que desea-
ba sinceramente conocer la verdad, fue el hombre especialmente
escogido por Dios para dar principio a la proclamación de la segun-
da venida de Cristo. Como otros muchos reformadores. Guillermo
Miller había batallado con la pobreza en su juventud, y así había
aprendido grandes lecciones de energía y abnegación. Los miembros
de la familia de que descendía se habían distinguido por un espíritu
independiente y amante de la libertad, por su capacidad de resis-
tencia y ardiente patriotismo; y estos rasgos sobresalían también
en el carácter de Guillermo. Su padre fue capitán en la guerra de
la independencia norteamericana, y a los sacrificios que hizo du-
rante las luchas de aquella época tempestuosa pueden achacarse las
circunstancias apremiantes que rodearon la juventud de Miller.
[318]
Poseía una robusta constitución, y ya desde su niñez dio pruebas
de una inteligencia poco común, que se fue acentuando con la edad.
Su espíritu era activo y bien desarrollado, y ardiente su sed de saber.
Aunque no gozara de las ventajas de una instrucción académica, su
amor al estudio y el hábito de reflexionar cuidadosamente, junto con
su agudo criterio, hacían de él un hombre de sano juicio y de vasta
comprensión. Su carácter moral era irreprochable, y gozaba de envi-
diable reputación, siendo generalmente estimado por su integridad,
su frugalidad y su benevolencia. A fuerza de energía y aplicación no
tardó en adquirir bienestar, si bien conservó siempre sus hábitos de
estudio. Desempeñó con éxito varios cargos civiles y militares, y el
camino hacia la riqueza y los honores parecía estarle ampliamente
abierto.
Su madre era mujer de verdadera piedad, de modo que duran-
te su infancia estuvo sujeto a influencias religiosas. Sin embargo,
siendo aún niño tuvo trato con deístas, cuya influencia fue reforzada
por el hecho de que la mayoría de ellos eran buenos ciudadanos y
hombres de disposiciones humanitarias y benévolas. Viviendo como
311