Página 503 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Las asechanzas del enemigo
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divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellos al respecto,
pues ningún argumento, por convincente que fuese, podría hacer
mella en ellos. “El hombre natural no recibe las cosas del Espíritu
de Dios; porque le son insensatez; ni las puede conocer, por cuánto
se disciernen espiritualmente”.
1 Corintios 2:14 (VM)
. Ninguna
persona que haya aceptado este error, puede tener justo concepto del
carácter o de la misión de Cristo, ni del gran plan de Dios para la
redención del hombre.
Otro error sutil y perjudicial que se está difundiendo rápidamente,
consiste en creer que Satanás no es un ser personal; que su nombre
se emplea en las Sagradas Escrituras únicamente para representar
los malos pensamientos y deseos de los hombres.
La enseñanza tan generalmente proclamada desde los púlpitos,
de que el segundo advenimiento de Cristo se realiza a la muerte de
cada individuo, es una estratagema que tiene por objeto distraer la
atención de los hombres de la venida personal del Señor en las nubes
del cielo. Hace años que Satanás ha estado diciendo: “He aquí [...]
está [...] en las cámaras” (
Mateo 24:23-26
), y muchas almas se han
perdido por haber aceptado este engaño.
Por otra parte la sabiduría mundana enseña que la oración no es
de todo punto necesaria. Los hombres de ciencia declaran que no
puede haber respuesta real a las oraciones; que esto equivaldría a
una violación de las leyes naturales, a todo un milagro, y que los
milagros no existen. Dicen que el universo está gobernado por leyes
inmutables y que Dios mismo no hace nada contrario a esas leyes.
De suerte que representan a Dios ligado por sus propias leyes; como
si la operación de las leyes divinas excluyese la libertad divina. Tal
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enseñanza se opone al testimonio de las Sagradas Escrituras. ¿Acaso
Cristo y sus apóstoles no hicieron milagros? El mismo Salvador
compasivo vive en nuestros días, y está tan dispuesto a escuchar
la oración de la fe como cuando andaba en forma visible entre los
hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del
plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo
que no nos daría si no se lo pidiésemos así.
Innumerables son las doctrinas erróneas y las ideas fantásticas
que imperan en el seno de las iglesias de la cristiandad. Es imposible
calcular los resultados deplorables que acarrea la eliminación de una
sola verdad de la Palabra de Dios.