Página 522 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
consciente en la muerte: “Sale su espíritu, y él se torna en su tierra:
en ese mismo día perecen sus pensamientos”.
Salmos 146:4 (VM)
.
Salomón da el mismo testimonio: “Porque los que viven saben que
han de morir: mas los muertos nada saben”. “También su amor, y su
odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en el siglo, en
todo lo que se hace debajo del sol”. “Adonde tú vas no hay obra, ni
industria, ni ciencia, ni sabiduría”.
Eclesiastés 9:5, 6, 10
.
Cuando, en respuesta a sus oraciones, la vida de Ezequías fue
prolongada por quince años, el rey agradecido, tributó a Dios loores
por su gran misericordia. En su canto de alabanza, dice por qué se
alegraba: “No te ha de alabar el sepulcro; la muerte no te celebrará;
ni esperarán en tu verdad los que bajan al hoyo. El viviente, el
viviente sí, él te alabará, como yo, el día de hoy”.
Isaías 38:18, 19
(VM)
. La teología de moda presenta a los justos que fallecen como
si estuvieran en el cielo gozando de la bienaventuranza y loando
a Dios con lenguas inmortales, pero Ezequías no veía tan gloriosa
perspectiva en la muerte. Sus palabras concuerdan con el testimonio
del salmista: “Porque en la muerte no hay memoria de ti: ¿Quién
te loará en el sepulcro?”
Salmos 6:5
. “No son los muertos los que
alaban a Jehová, ni todos los que bajan al silencio”.
Salmos 115:17
(VM)
.
En el día de Pentecostés, San Pedro declaró que el patriarca
David “murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta
el día de hoy”. “Porque David no subió a los cielos”.
Hechos 2:29,
34
. El hecho de que David permanecerá en el sepulcro hasta el día de
la resurrección, prueba que los justos no van al cielo cuando mueren.
Es solo mediante la resurrección, y en virtud y como consecuencia
de la resurrección de Cristo por lo cual David podrá finalmente
sentarse a la diestra de Dios.
Y San Pablo dice: “Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo
resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: aun estáis en
vuestros pecados. Entonces también los que murieron en Cristo
perecieron”.
1 Corintios 15:16-18 (RV95)
. Si desde hace cuatro mil
años los justos al morir hubiesen ido directamente al cielo, ¿cómo
habría podido decir San Pablo que si no hay resurrección, “también
los que murieron en Cristo, perecieron”? No habría necesidad de
resurrección.