Página 534 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
se aventuran en terreno vedado y el poderoso destructor ejerce su
ascendiente sobre ellos contra su voluntad. Pero una vez que los
induce a abandonar sus inteligencias a su dirección, los mantiene
cautivos. Es imposible que con su propia fuerza rompan el encanto
hechicero y seductor. Solo el poder de Dios otorgado en contestación
a la fervorosa oración de fe, puede libertar a esas almas prisioneras.
Todos aquellos que conservan y cultivan rasgos pecaminosos
de carácter, o que fomentan un pecado conocido, atraen las tenta-
ciones de Satanás. Se separan de Dios y de la protección de sus
ángeles, y cuando el maligno les tiende sus redes quedan indefensos
y se convierten en fácil presa. Los que de tal suerte se abandonan
al poder satánico no comprenden adónde los llevará su conducta.
Pero, después de haberlos subyugado por completo, el tentador los
empleará como agentes para empujar a otros a la ruina.
El profeta Isaías dice: “Y cuando os dijeren: Acudid a los es-
píritus y a los adivinos, que chirrían y mascullan; responded: ¿No
debe un pueblo acudir más bien a su Dios? ¿ por los vivos acaso
se ha de acudir a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! si no ha-
blaren conforme a esta palabra, son aquellos para quienes no ha
amanecido”.
Isaías 8:19, 20 (VM)
. Si los hombres hubiesen querido
recibir la verdad tan claramente expresada en las Santas Escrituras,
referente a la naturaleza del hombre y al estado de los muertos,
reconocerían en las declaraciones y manifestaciones del espiritismo
la operación de Satanás con poder y con prodigios mentirosos. Pero
en vez de renunciar a la libertad tan cara al corazón pecaminoso y
a sus pecados favoritos, la mayoría de los hombres cierra los ojos
a la luz y sigue adelante sin cuidarse de las advertencias, mientras
Satanás tiende sus lazos en torno de ellos y los hace presa suya. “Por
cuanto no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos,
[...] Dios les envía la eficaz operación de error, a fin de que crean a
la mentira”.
2 Tesalonicenses 2:10, 11 (VM)
.
Los que se oponen a las enseñanzas del espiritismo atacan no
solo a los hombres, sino también a Satanás y a sus ángeles. Han
emprendido la lucha contra principados, potestades y malicias es-
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pirituales en los aires. Satanás no cederá una pulgada de terreno
mientras no sea rechazado por el poder de mensajeros celestiales.
El pueblo de Dios debe hacerle frente como lo hizo nuestro Sal-
vador, con las palabras: “Escrito está”. Satanás puede hoy citar las