Página 597 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El tiempo de angustia
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de gracia fueron mitigados con misericordia. La sangre propiciatoria
de Cristo impidió que el pecador recibiese el pleno castigo de su
culpa; pero en el juicio final la ira de Dios se derramará sin mezcla
de misericordia.
En aquel día, multitudes enteras invocarán la protección de la
misericordia divina que por tanto tiempo despreciaran. “He aquí
vienen días, dice el Señor Jehová, en los cuales enviaré hambre a
la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír palabra de
Jehová. E irán errantes de mar a mar: desde el norte hasta el oriente
discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”.
Amós
8:11, 12
.
[613]
El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aun-
que perseguido y acongojado y aunque sufra privaciones y falta
de alimento, no será abandonado para perecer. El Dios que cuidó
de Elías no abandonará a ninguno de sus abnegados hijos. El que
cuenta los cabellos de sus cabezas, cuidará de ellos y los atenderá en
tiempos de hambruna. Mientras los malvados estén muriéndose de
hambre y pestilencia, los ángeles protegerán a los justos y suplirán
sus necesidades. Escrito está del que “camina en justicia” que “se
le dará pan y sus aguas serán ciertas”. “Cuando los pobres y los
menesterosos buscan agua y no la hay, y la lengua se les seca de sed,
yo, Jehová, les escucharé; yo, el Dios de Israel, no los abandonará”.
Isaías 33:16
;
41:17 (VM)
.
“Mas aunque la higuera no floreciere, y no hubiere fruto en la
vid; aunque faltare el producto del olivo, y los campos nada dieren de
comer; aunque las ovejas fueren destruidas del aprisco, y no hubiere
vacas en los pesebres; sin embargo” los que teman a Jehová se
regocijarán en él y se alegrarán en el Dios de su salvación.
Habacuc
3:17, 18 (VM)
.
“Jehová es tu guardador: Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará
de todo mal: él guardará tu alma”. “Y él te librará del lazo del
cazador: de la peste destruidora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo
de sus alas estarás seguro: escudo y adarga es su verdad. No tendrás
temor de espanto nocturno, ni de saeta que vuele de día; ni de
pestilencia que ande en oscuridad, ni de mortandad que en medio del
día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra: mas a ti
no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás, y verás la recompensa