Página 337 - El Conflicto de los Siglos (1954)

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Una profecía significativa
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de Noé se burlaron con desprecio de las predicciones del predicador
de la justicia, también en los días de Miller muchos, hasta de los que
profesaban ser del pueblo de Dios, se burlaron de las palabras de
aviso.
¿Y por qué la doctrina y predicación de la segunda venida de
Cristo fueron tan mal recibidas por las iglesias? Si bien el adveni-
miento del Señor significa desgracia y desolación para los impíos,
para los justos es motivo de dicha y esperanza. Esta gran verdad
había sido consuelo de los fieles siervos de Dios a través de los
siglos; ¿por qué hubo de convertirse, como su Autor, en “piedra de
tropiezo, y piedra de caída,” para los que profesaban ser su pueblo?
Fué nuestro Señor mismo quien prometió a sus discípulos: “Si yo
fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo.”
Juan 14:3 (VM)
. El compasivo Salvador fué quien, previendo el
abandono y dolor de sus discípulos, encargó a los ángeles que los
consolaran con la seguridad de que volvería en persona, como había
subido al cielo. Mientras los discípulos estaban mirando con ansia al
cielo para percibir la última vislumbre de Aquel a quien amaban, fué
atraída su atención por las palabras: “¡ Varones galileos, ¿por qué os
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quedáis mirando así al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado
de vosotros al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis visto
ir al cielo!”
Hechos 1:11 (VM)
. El mensaje de los ángeles reavivó
la esperanza de los discípulos. “Volvieron a Jerusalem con gran
gozo: y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a
Dios.”
Lucas 24:52, 53
. No se alegraban de que Jesús se hubiese
separado de ellos ni de que hubiesen sido dejados para luchar con
las pruebas y tentaciones del mundo, sino porque los ángeles les
habían asegurado que él volvería.
La proclamación de la venida de Cristo debería ser ahora lo que
fué la hecha por los ángeles a los pastores de Belén, es decir, buenas
nuevas de gran gozo. Los que aman verdaderamente al Salvador no
pueden menos que recibir con aclamaciones de alegría el anunció
fundado en la Palabra de Dios de que Aquel en quien se concentran
sus esperanzas para la vida eterna volverá, no para ser insultado,
despreciado y rechazado como en su primer advenimiento, sino con
poder y gloria, para redimir a su pueblo. Son aquellos que no aman
al Salvador quienes desean que no regrese; y no puede haber prueba