Un gran despertar religioso
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publicación contribuyó a aumentar el interés que se estaba desper-
tando ya en Inglaterra por la cuestión del segundo advenimiento.
(Véase el Apéndice.)
En Alemania, esta doctrina había sido enseñada en el siglo XVIII
por Bengel, ministro de la iglesia luterana y célebre teólogo y crítico.
Al terminar su educación, Bengel se había “dedicado al estudio de la
teología, hacia la cual se sentía naturalmente inclinado por el carácter
grave y religioso de su espíritu, que ganó en profundidad y robustez
merced a su temprana educación y a la disciplina. Como otros
jóvenes de carácter reflexivo antes y después de él, tuvo que luchar
con dudas y dificultades de índole religiosa, y él mismo alude, con
mucho sentimiento, a los ‘muchos dardos que atravesaron su pobre
corazón, y que amargaron su juventud.’” Llegado a ser miembro
del consistorio de Wurtemberg, abogó por la causa de la libertad
religiosa. “Si bien defendía los derechos y privilegios de la iglesia,
abogaba por que se concediera toda libertad razonable a los que se
sentían constreñidos por motivos de conciencia a abandonar la iglesia
oficial.”—
Encyclopædia Britannica,
9a. edición, art. “Bengel.” Aún
se dejan sentir hoy día en su país natal los buenos efectos de su
política.
Mientras estaba preparando un sermón sobre
Apocalipsis 21
para un “domingo de advento” la luz de la segunda venida de Cristo
se hizo en la mente de Bengel. Las profecías del Apocalipsis se
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desplegaron ante su inteligencia como nunca antes. Como anonada-
do por el sentimiento de la importancia maravillosa y de la gloria
incomparable de las escenas descritas por el profeta, se vió obligado
a retraerse por algún tiempo de la contemplación del asunto. Pero en
el púlpito se le volvió a presentar éste en toda su claridad y su poder.
Desde entonces se dedicó al estudio de las profecías, especialmente
las del Apocalipsis, y pronto llegó a creer que ellas señalan la proxi-
midad de la venida de Cristo. La fecha que él fijó para el segundo
advenimiento no difería más que en muy pocos años de la que fué
determinada después por Miller.
Los escritos de Bengel se propagaron por toda la cristiandad. Sus
opiniones acerca de la profecía fueron adoptadas en forma bastante
general en su propio estado de Wurtemberg, y hasta cierto punto
en otras partes de Alemania. El movimiento continuó después de
su muerte, y el mensaje del advenimiento se dejó oír en Alemania