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El Conflicto de los Siglos
roso. Sabe que su éxito estriba en distraer las mentes de Jesús y de
su obra.
Los que desean participar de los beneficios de la mediación del
Salvador no deben permitir que cosa alguna les impida cumplir su
deber de perfeccionarse en la santificación en el temor de Dios. En
vez de dedicar horas preciosas a los placeres, a la ostentación o a
la búsqueda de ganancias, las consagrarán a un estudio serio y con
oración de la Palabra de verdad. El pueblo de Dios debería com-
prender claramente el asunto del santuario y del juicio investigador.
Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y la obra de
su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar
la fe tan esencial en nuestros tiempos, o desempeñar el puesto al
que Dios los llama. Cada cual tiene un alma que salvar o que perder.
Todos tienen una causa pendiente ante el tribunal de Dios. Cada cual
deberá encontrarse cara a cara con el gran Juez. ¡Cuán importante
es, pues, que cada uno contemple a menudo de antemano la solemne
escena del juicio en sesión, cuando serán abiertos los libros, cuando
con Daniel, cada cual tendrá que estar en pie al fin de los días!
Todos los que han recibido la luz sobre estos asuntos deben dar
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testimonio de las grandes verdades que Dios les ha confiado. El
santuario en el cielo es el centro mismo de la obra de Cristo en favor
de los hombres. Concierne a toda alma que vive en la tierra. Nos
revela el plan de la redención, nos conduce hasta el fin mismo del
tiempo y anuncia el triunfo final de la lucha entre la justicia y el
pecado. Es de la mayor importancia que todos investiguen a fondo
estos asuntos, y que estén siempre prontos a dar respuesta a todo
aquel que les pidiere razón de la esperanza que hay en ellos.
La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial
es tan esencial para el plan de la salvación como lo fué su muerte
en la cruz. Con su muerte dió principio a aquella obra para cuya
conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la
fe debemos entrar velo adentro, “donde entró por nosotros como
precursor Jesús.”
Hebreos 6:20
. Allí se refleja la luz de la cruz del
Calvario; y allí podemos obtener una comprensión más clara de los
misterios de la redención. La salvación del hombre se cumple a un
precio infinito para el cielo; el sacrificio hecho corresponde a las
más amplias exigencias de la ley de Dios quebrantada. Jesús abrió
el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden