Página 185 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El exceso en la alimentación
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toda la primera parte del día hasta cansarse. Al llegar a casa a las
doce, dice que está cansado y agotado; pero se le indica que vuelva
a trabajar para obtener alivio. Así es como tratáis al estómago. Está
totalmente agotado. Pero en vez de darle reposo, se le da más ali-
mento, y luego se desvía la vitalidad de otras partes del organismo
hacia el estómago para ayudar en el trabajo de la digestión.
Muchos de vosotros a veces habéis sentido una especie de sopor
en el cerebro. Os habéis sentido desganados ante cualquier trabajo
que requería esfuerzo ya sea mental o físico, hasta después de ha-
ber descansado de esta sobrecarga impuesta al organismo. Luego
aparece de nuevo esa sensación de debilidad. Pero vosotros decís
que se necesita más comida y hacéis que el estómago soporte una
doble carga. Aun cuando seáis estrictos en cuanto a la calidad de
la comida, ¿glorificáis a Dios en vuestros cuerpos y espíritus, que
son suyos, al serviros tal cantidad de comida? Los que colocan tanta
comida en su estómago, y de ese modo recargan el organismo, no
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podrían apreciar la verdad aunque la oyeran explicada en detalle.
No podrían despertar el entumecido discernimiento del cerebro para
tomar conciencia del valor de la expiación y del gran sacrificio hecho
para el hombre caído. Es imposible para tales personas apreciar la
grande, preciosa, y sumamente rica recompensa que está reservada
para los fieles vencedores. Nunca debiera permitirse que la parte
animal de nuestra naturaleza gobierne la parte moral e intelectual.
¿Y cómo influye el comer en exceso sobre el estómago? Lo
debilita, los órganos digestivos flaquean, y la enfermedad, con su
secuela de males, aparece como resultado. Si las personas ya estaban
enfermas, de este modo aumentan sus dificultades y disminuye su
vitalidad cada día de su vida. Hacen que su fuerza vital trabaje inne-
cesariamente para digerir la comida que colocan en sus estómagos.