Página 467 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Se necesita oportunidad para el cultivo del cristianismo
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entonces hay que ejercer el mayor cuidado para colocar a los obreros
en estrecha relación con Cristo y la influencia que procede de él.
Esto debiera ser nuestro guía en todas las cosas; y si nos sobreviene
pobreza porque deseamos actuar de acuerdo con la orden “así dice
Jehová”, debemos perseverar en hacerlo aunque perdamos todo lo
demás. Es mejor tener pobreza en las cosas temporales y permanecer
en Cristo y ser alimentado por su palabra que es espíritu y vida. “No
sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios”.
Mateo 4:4
. El mundo puede sonreír cuando le repetimos
esto, pero es la palabra del Hijo de Dios. El dice: “El que come mi
carne—la palabra que Cristo nos habla—... tiene vida eterna; y yo
le resucitaré en el día postrero”.
Juan 6:54
No siempre podemos permanecer de rodillas en oración, pero el
camino hacia el trono de misericordia está siempre abierto. Mientras
nos dedicamos al trabajo activo, podemos pedirle ayuda; y Aquel que
no nos egañará nos ha prometido: “Y recibiréis”. El cristiano puede
y debe encontrar tiempo para orar. Daniel era un estadista; pesadas
responsabilidades descansaban sobre él, y sin embargo buscaba a
Dios tres veces por día, y el Señor le dio el Espíritu Santo. De modo
que en la actualidad los hombres pueden acudir al pabellón sagrado
del Altísimo y tener la seguridad de su promesa: “Y mi pueblo
habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de
reposo”.
Isaías 32:18
. Todos los que realmente lo desean, pueden
encontrar un lugar para mantener comunión con Dios, donde ningún
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oído puede escuchar sino únicamente el que está abierto al clamor
del desvalido, afligido y necesitado, y nota aun la caída del pequeño
gorrión. El dice: “Más valéis vosotros que muchos pajarillos”.
Mateo
10:31
.
Si permitimos que el exceso de trabajo nos aleje de nuestro pro-
pósito de buscar diariamente al Señor, cometeremos los mayores
errores; incurriremos en pérdidas, porque el Señor no está con no-
sotros; así hemos cerrado la puerta para que él no tenga acceso a
nuestras almas. Pero si oramos aun cuando tenemos las manos ocu-
padas, los oídos del Salvador están abiertos para escuchar nuestras
peticiones. Si estamos decididos a no separarnos de la fuente de
nuestra fortaleza, Jesús se pondrá decididamente a nuestra mano
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Health, Philanthropic, and Medical Missionary Work, 13-16 (1890)
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