Página 51 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El médico cristiano como misionero
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de Cristo, porque produce el mismo fruto de la hostilidad abierta.
Dios llama a obreros activos.
Mientras más claramente observen nuestros ojos las maravillas
del mundo del futuro, más profunda será nuestra solicitud por los
habitantes de este mundo. No podemos ser egoístas. Vivimos en
una época especial de conflicto entre los poderes de la luz y las
tinieblas. Sigamos adelante; dejemos que nuestra luz brille; difunda-
mos sus rayos por todas partes. Cristo y sus mensajeros celestiales
colaborarán con las agencias humanas para terminar el trabajo que
ha quedado inconcluso. Dejamos de brillar cuando abandonamos
nuestros puestos y no demostramos interés por los demás, porque
nos gusta la comodidad y preferimos no incomodarnos. Si nos por-
tamos de esta manera, ¡qué tremenda será la culpa, y cuán terribles
las consecuencias!
Algunas personas deben prepararse para llegar a ser médicos
misioneros y enfermeras cristianos. Las puertas se abrirán y estos
fieles hijos de Dios podrán trabajar entre las clases altas y las bajas.
Toda influencia se debe consagrar a esta tarea. De la obra misionera
que se realice aquí debe surgir una cadena de luces ardientes que
circunden la tierra; cada voz debe proclamar: “El Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga: y el
que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis
22:17
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